Tierra de los colibríes elfos canelos

En medio de la tranquilidad y el sosiego de los gigantes milenarios de la selva, unos duendecillos zumban apresuradamente a la caza de los secretos de la selva.

Ubicación de la reserva natural

En la orilla norte del río Toba, la tierra de los colibríes elfos canela se une a otras 76,5 ha de exuberante naturaleza salvaje al emergente corredor de vida salvaje.

En el reino de los elfos canela

Siguiendo las huellas de ciervos y linces por el arenal, se llega al bosque. Aquí, los antiguos bosques de arces, cubiertos de líquenes y espesas capas de musgo, crecen hacia el cielo. A sus pies yacen gigantes caídos, árboles nodriza que alimentan setas y dan cobijo a ágiles salamandras.
Entre todo el verdor, asoman las salpicaduras de color de los lirios tigre y los arbustos de frambuesa. Los pequeños colibríes revolotean ágilmente de flor en flor, con sus rápidos aleteos de hasta 80 por segundo apenas un borrón de color marrón canela. Se detienen en el aire para sorber el dulce néctar de las flores con sus largos picos. Entonces, los pesos ligeros de sólo 4 g ya han desaparecido entre la espesura de helechos y hojas.