Para mí, la naturaleza salvaje es un estado en el que la dirección del hombre está ausente y la presencia del hombre es una respetuosa estancia de invitado. A lo largo de mi vida como científico, he podido experimentar y explorar la naturaleza en varios continentes. A menudo solo encontraba restos de naturaleza prístina o fuertemente impactada por el ser humano, mientras en mi país, Alemania, desaparecían especies.

En 2011, experimenté por primera vez las selvas tropicales de la costa del Pacífico de Canadá durante una expedición de WI. Me cautivaron los abetos de Douglas centenarios y los gigantescos árboles vivos de más de 70 metros de altura. A menudo sólo quedaban unos pocos árboles que se podían contar rápidamente, rodeados por el crecimiento de árboles jóvenes en antiguas talas. ¿Cómo nos las arreglamos los humanos para dejar estos árboles a la naturaleza salvaje y no coger un día una sierra para cortarlos?

WI está siempre al acecho de los últimos bosques salvajes, tratando de adquirirlos mediante compra para evitar su deforestación. Este concepto de conservación de la naturaleza me parece tan convincente que me complace mucho formar parte de WI y poder apoyar la conservación de los últimos espacios naturales de nuestro planeta.