Siempre fui la niña que jugaba en un charco de barro o traía animales a casa sin permiso de mi madre. Todo el mundo me decía: "Es sólo una fase que está pasando, no te preocupes, ya se le pasará", pero ya han pasado unos cuantos años y todavía no lo he superado. No fue una fase y, sinceramente, me marcó.

En contra del consejo de la mayoría, me salté el bachillerato y me matriculé en Gestión de la Fauna y Flora Silvestres, y cuando cumplí los 18 ya había terminado mi primera licenciatura en Conservación de la Fauna y Flora Silvestres. Durante mis estudios pude viajar mucho y dediqué gran parte de mi tiempo a recopilar datos para mi tesis y a investigar otros depredadores del sur de África. Fue aquí donde me di cuenta de por qué luchaba realmente y por qué era todo tan importante. También fue aquí donde alguien me dijo: "Si quieres salvar a los depredadores, tienes que aprender a trabajar con la gente". Desde entonces, he centrado mis intereses de investigación en los grandes mamíferos carnívoros y especialmente en su coexistencia con los humanos.

Diría que mi enfoque del trabajo y de la vida en general es "ser una mujer que puede". Además del trabajo de campo y la investigación, me gusta (como a la mayoría de la gente) viajar, leer y la vida al aire libre. También tengo una hija de dos años que suele acompañarme a la selva en busca de jaguares o tigrillos.