La naturaleza salvaje y virgen me impresionó durante unas vacaciones en el oeste de Canadá en 2004 y desde entonces se ha convertido en un lugar de añoranza para mí. Tengo grandes esperanzas de que mis hijos y el mayor número posible de personas en las generaciones futuras también puedan conocer bosques primarios intactos y sanos, con su flora y fauna únicas. Considero que el programa de educación medioambiental de WI en las escuelas es un enfoque prometedor en este sentido. La salud humana también depende de la salud de la naturaleza.